La sociedad actual vive bajo un nuevo régimen cultural que se ha enarbolado sobre los cimientos de la globalización, el neoliberalismo y el progresismo ideológico.
¿Qué está ocurriendo con ello? Sencillo, se está levantando una nueva sociedad en la que solo importan ciertos matices culturales emergentes.
La cultura actual se sustenta sobre la superficialidad, lo falso, lo no real. ¿Sobre qué se basa tal argumento? En que el sujeto actual solo crea formas, estereotipos, cánones, que muestran una realidad timada, adyacente, a lo que en realidad ocurre.
Aunque el término cultura suele reducirse solo a las manifestaciones artísticas que produce una sociedad, éste demanda más de ello, aún el comportamiento de una comunidad hace parte de su cultura, en la cultura se cultiva todo lo que emane de tal comunidad, sean expresiones artísticas o u otras cosas. La cultura de lo no real, se encamina a la producción de comportamientos que no están enmarcados en un cuadro lógico de comportamientos y/o manifestaciones de cara a la realidad absoluta.
Se han creado nuevos estereotipos de bellezas, de comportamientos inapropiados que ya suelen ser apelables dentro de la nueva concepción de libertad y progresismo, se han creado nuevas manifestaciones artísticas así atenten contra la moral, la ética, y los valores humanos, todo ello encerrado dentro de una nueva cultura que cada día se posesiona más dentro del ranking de aceptación de esta sociedad.
La cultura actual carece de sentido. Está llena de filtros que muestran una cara distinta de la que en realidad es, tal como suele hacerse con una imagen digital retocada como otros matices. Es una cultura de la perfección, de formas, y apariencias más que de esencias, esa es la cultura de lo no real; el parecer es mejor que el ser. Así es que funciona la cultura hoy.
Ante tal situación, no queda más que soportar los nuevos cánones en los que se erige la subjetividad actual, dentro de la sociedad liberal que se enarbola ante nuestros propios ojos
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