domingo, 4 de junio de 2023

El Minimalismo: Una Alternativa frente a la Sociedad del Consumo

El minimalismo es un movimiento que ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente en la cultura occidental. Se trata de un estilo de vida que se enfoca en la simplicidad y la reducción de lo superfluo, tanto en el ámbito material como en el emocional.


En la actualidad, el minimalismo se ha convertido en una respuesta a la cultura del consumismo y la acumulación excesiva de bienes materiales. Muchas personas se han dado cuenta de que la felicidad no se encuentra en la cantidad de cosas que poseen, sino en la calidad de vida que llevan.


El minimalismo no se trata de vivir en la pobreza o de renunciar a todas las comodidades de la vida moderna. Se trata de ser conscientes de lo que realmente necesitamos y de lo que nos hace felices. Esto implica deshacernos de lo que no necesitamos y enfocarnos en lo que realmente importa.


En el ámbito material, el minimalismo se traduce en tener menos cosas, pero de mayor calidad. En lugar de tener un armario lleno de ropa que nunca usamos, podemos tener un armario con prendas básicas y versátiles que nos permitan crear diferentes looks. En lugar de tener una casa llena de objetos decorativos, podemos tener unos pocos elementos que realmente nos gusten y que tengan un significado para nosotros.


En el ámbito emocional, el minimalismo se traduce en enfocarnos en las relaciones y experiencias significativas en lugar de en las posesiones materiales. Esto implica deshacernos de las relaciones tóxicas y enfocarnos en las personas que realmente nos importan. También implica buscar experiencias que nos enriquezcan y nos hagan crecer como personas.


En resumen, el minimalismo en la actualidad es una respuesta a la cultura del consumismo y la acumulación excesiva de bienes materiales. Se trata de enfocarnos en lo que realmente importa y de deshacernos de lo que no necesitamos. Esto nos permite vivir una vida más sencilla y significativa, enfocada en las relaciones y experiencias que realmente nos hacen felices.

miércoles, 31 de mayo de 2023

El Síndrome del Burnout en la Sociedad Postmoderna

El síndrome del Burnout es un trastorno psicológico que se caracteriza por un agotamiento emocional, despersonalización y una disminución del rendimiento laboral. Este síndrome se ha convertido en un problema cada vez más común en la sociedad actual, especialmente en el ámbito laboral.

Desde una perspectiva filosófica, el síndrome del Burnout puede ser analizado desde diferentes enfoques. Uno de ellos es el enfoque existencialista, que se centra en la búsqueda de sentido y propósito en la vida. Según esta corriente filosófica, el ser humano tiene la capacidad de crear su propia existencia y darle un sentido a su vida. Sin embargo, en el contexto laboral actual, muchas personas se sienten atrapadas en trabajos que no les brindan satisfacción personal o que no les permiten desarrollar su potencial. Esto puede llevar a un sentimiento de vacío y desesperanza, lo que aumenta el riesgo de desarrollar el síndrome del Burnout.

Otro enfoque filosófico que puede ser aplicado al síndrome del Burnout es el enfoque ético. Desde esta perspectiva, el trabajo debe ser una actividad que contribuya al bienestar de la sociedad y que permita a las personas desarrollar su potencial. Sin embargo, en muchos casos, el trabajo se ha convertido en una actividad que se realiza únicamente por motivos económicos, lo que puede llevar a una falta de motivación y compromiso con la tarea. Esto puede aumentar el riesgo de desarrollar el síndrome del Burnout, ya que la persona no encuentra un propósito o una razón para realizar su trabajo.

Por último, el enfoque fenomenológico también puede ser aplicado al síndrome del Burnout. Desde esta perspectiva, la experiencia subjetiva de la persona es lo más importante. En el contexto laboral, esto significa que la persona debe sentirse valorada y reconocida por su trabajo. Sin embargo, en muchos casos, las empresas no valoran el trabajo de sus empleados y no les brindan el reconocimiento que merecen. Esto puede llevar a un sentimiento de desesperanza y desmotivación, lo que aumenta el riesgo de desarrollar el síndrome del Burnout.

En conclusión, el síndrome del Burnout es un problema cada vez más común en la sociedad actual. Desde una perspectiva filosófica, este síndrome puede ser analizado desde diferentes enfoques, como el existencialismo, la ética y la fenomenología. En todos los casos, se destaca la importancia de encontrar un propósito y un sentido en el trabajo, así como de sentirse valorado y reconocido por el mismo. Es necesario que las empresas y la sociedad en general tomen medidas para prevenir y tratar el síndrome del Burnout, ya que esto no solo afecta la salud mental de las personas, sino también su rendimiento laboral y su calidad de vida en general.

viernes, 14 de abril de 2023

SÓCRATES HOY NO PUDO SALIR

 

Como era de costumbre casi todos los días, a caminar por los alrededores de la plaza de Atenas Sócrates salía.

Mientras paseaba por aquel lugar el solía encontrarse con amigos y conocidos que también frecuentaban esa parte de la ciudad. Ratos largos conversaban sobre cualquier asunto que se les antojaban, olvidando muchas veces regresar a casa con los mandados que salía hacer.

Sócrates tenía por costumbre salir por las mañanas y una vez en la calle entre chanza y chanza se demoraba.

En ocasiones el llegaba, por las noches a su casa, lo que hacía que su mujer, Jantipa se enojara y se irritara. Esta mujer solía tener un carácter fuerte y en muchas ocasiones se mostraba sulfurada y su temperamento como un olla hirviente.

Una mañana en la que Jantipa se mostraba un poco harta de la situación de su marido decidió prohibirle que saliera a hacer las diligencias para evitar que se quedara hablando con sus amigos. Todo con el pretexto de que éste se quedara en la casa por lo menos un día, decidió salir ella a hacer lo que Sócrates a hacer solía.

Caminando por la calle que su marido frecuentaba se le acercó un hombre alto a preguntarle por Sócrates que desde la mañana no lo encontraba. Ella, con un tono de burla a aquel hombre le comunicaba que le había prohibido salir a ese bueno para nada.

Aquel amigo de Sócrates oyendo la respuesta de Jantipa se retiró convencido que su amigo hoy no salía.  ¡Oh, pobre mi amigo! Debe estar encadenado, conociendo a su mujer que salir no lo ha dejado. Estas fueron las palabras de aquel hombre regañado que Jantipa en su camino se le había atravesado.

¡Sócrates que mal has hecho!, ¡que mujer la que te ha tocado!, te hubiera ido mejor el no haberte casado. Estas fueron las palabras de aquel hombre indignado que se quedó esperando a Sócrates toda la mañana preocupado.

sábado, 11 de diciembre de 2021

LA APOROFOBIA: UN FENÓMENO SOCIAL LATENTE EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

 El término aporofobia fue acuñado por la filósofa española Adela Cortina en los años de 1990. La catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia con el objetivo de diferenciar la xenofobia (rechazo del extranjero) o del racismo que sufrían los migrantes que llegaban de África al continente europeo a los migrantes de la aporofobia, término que figura como sentimiento de rechazo a los pobres, a las personas que no poseen patrimonio y recursos económicos pudiendo ser estos nacionales o extranjeros.


Aunque suene paradójico, en la mayoría de los países latinoamericanos existen altos índices de pobreza, y aun así, se han presentado ciertos casos de aporofobia. Para el caso nuestro (Colombia), con la primera ola de migración de población venezolana, llegaron al país empresarios, burócratas, y profesionales y este proceso no importó en lo absoluto debido a que este tipo de personajes traían no solo dinero consigo sino también su profesionalismo, lo que implicaba en cierta manera, una gran inyección al crecimiento económico para el país. Posteriormente a ello, con las nuevas migraciones, y esta vez en grandes masas, de la población venezolana en los últimos años, empezaron a presentarse brotes de aporofobia en las diferentes ciudades y países de América latina debido a que la mayoría de los migrantes venezolanos eran de escasos recursos económicos, es decir, personas pobres.


Actualmente, los migrantes, sean venezolanos, haitianos, centroamericanos, que se encuentran fuera de sus países de orígenes y en situaciones de pobreza extrema ha sufrido este tipo de rechazo en casi todos los países en los que se encuentran radicados. Esta especie de rechazo generado a este tipo de población en específico, suele darse única y exclusivamente por la falta de recursos económicos que cuya población suele presentar.


Este problema suele presentarse con mayor vehemencia en los países europeos y un claro ejemplo de ello son los casos presentados en España en los últimos años con el arribo de inmigrantes a la península ibérica provenientes de países africanos. Otro ejemplo son los innumerables casos presentados en los Estados Unidos de Norteamérica, país en el que se han presentado los casos más alarmantes de este tipo.


Hoy en día es natural ver casos de aporofobia en cualquier lado, en cualquier tipo de sociedad; sean de primer o de tercer mundo. El caso es que los inmigrantes pobres no suelen ser bien recibidos en casi todas las sociedades contemporáneas debido a la falta de dinero en éstos.


La aporofobia suele transmitirse a una construcción social que relaciona a las personas pobres con delincuencia. A este tipo de personas se les rechaza, en sí, por su condición de pobreza y vulnerabilidad económica, pero su rechazo ha de ir más allá debido al imaginario social que se hace de tales personas en las que se le etiqueta como posibles delincuentes y no como víctimas de la discriminación y a la exclusión social.


La aporofobia es el neologismo con el cual algunos académicos buscan identificar un fenómeno social hallado en las entrañas de la sociedad contemporánea. Fenómeno que criminaliza la pobreza, que degenera la humanidad, que crea distancias y barreras “nosotros y ellos” en la sociedad, y que deslegitimizan la ciudadanía. Por estas múltiples razones, los diferentes gobiernos y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales defensoras de los Derechos Humanos deben trabajar con el fin de mitigar este problema social que cada vez toma más fuerza en el mundo y por consiguiente genera un problema de mayor envergadura; violencia desproporcionada.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

LA CULTURA DE LO NO REAL

 La sociedad actual vive bajo un nuevo régimen cultural que se ha enarbolado sobre los cimientos de la globalización, el neoliberalismo y el progresismo ideológico.

¿Qué está ocurriendo con ello? Sencillo, se está levantando una nueva sociedad en la que solo importan ciertos matices culturales emergentes.

La cultura actual se sustenta sobre la superficialidad, lo falso, lo no real. ¿Sobre qué se basa tal argumento? En que el sujeto actual solo crea formas, estereotipos, cánones, que muestran una realidad timada, adyacente, a lo que en realidad ocurre.

Aunque el término cultura suele reducirse solo a las manifestaciones artísticas que produce una sociedad, éste demanda más de ello, aún el comportamiento de una comunidad hace parte de su cultura, en la cultura se cultiva todo lo que emane de tal comunidad, sean expresiones artísticas o u otras cosas. La cultura de lo no real, se encamina a la producción de comportamientos que no están enmarcados en un cuadro lógico de comportamientos y/o manifestaciones de cara a la realidad absoluta. 

Se han creado nuevos estereotipos de bellezas, de comportamientos inapropiados que ya suelen ser apelables dentro de la nueva concepción de libertad y progresismo, se han creado nuevas manifestaciones artísticas así atenten contra la moral, la ética, y los valores humanos, todo ello encerrado dentro de una nueva cultura que cada día se posesiona más dentro del ranking de aceptación de esta sociedad. 

La cultura actual carece de sentido. Está llena de filtros que muestran una cara distinta de la que en realidad es, tal como suele hacerse con una imagen digital retocada como otros matices. Es una cultura de la perfección, de formas, y apariencias más que de esencias, esa es la cultura de lo no real; el parecer es mejor que el ser. Así es que funciona la cultura hoy.

Ante tal situación, no queda más que soportar los nuevos cánones en los que se erige la subjetividad actual, dentro de la sociedad liberal que se enarbola ante nuestros propios ojos

jueves, 19 de agosto de 2021

LA GENERACIÓN DE LOS "LIKES"

 La revolución digital que actualmente atravesamos, a demás de haber creado un panóptico en el que mantiene a la sociedad actual bajo una vigilancia excesiva, ha alienado a toda una generación con parámetros estrictamente digitalizantes, y dentro de sus procesos, han hecho sujetos obedientes al consumismo digital. 

Para esta sociedad, las redes sociales se han convertido en su imperativo categórico por excelencia. Actualmente Facebook, Instagram, Youtube, LinkedIn, Tik Tok, entre otras plataformas digitales, son los agentes que estructuran y regulan la vida y la realidad de esta sociedad creciente.

A esta generación creciente, y consumista de lo digital, le son propias las siguientes características: 1. Es una generación reducida a lo estrictamente virtual; sabemos que tales individuos existen puesto que tienen una cuenta en cualquiera de estas redes sociales antes mencionadas. 2. Las redes sociales, aunque funcionan como un mundo o una realidad paralela a la que naturalmente estamos adheridos, es el mundo para esa generación digital. 3. Las imágenes que los individuos digitales cuelgan en sus redes sociales, son imágenes para captar likes; entre más likes obtengan, el estado emocional de cuyo individuo sufrirá cambios considerables.

El número determinado de los likes en una imagen o en una publicación significa un éxito para quienes exponen sus imagenes, sus sentimientos, o sus opiniones a la merced o juicio de todos en una red social. Este fenómeno no hace otra cosa que demostrar cuánta aceptación tiene tal individuo ante la sociedad que lo persive digitalmente.

Por lo tanto, para obtener suficientes "likes" un individuo hace todo en cuanto su libertinaje le permita hacer, sin importar la ética, el pudor, o las consecuencias que sus propios actos puedan atraerle, lo que realmente le ha de importar, son los "likes".

Por estas razones, tan simples y tan vanales, hoy tenemos más youtubers que médicos e ingenieros, tenemos más tiktokers que profesores y maestros, más influencers que abogados y líderes comunitarios. Una realidad que apuntala al estado absurdo en el que vivimos.

La generación de los "likes" es una generación de lo absurdo que viven de la apariencia, del placer, de la falsedad, y por ende de la mentira. Son individuos o sujetos obedientes a un sistema que los explota sin parar, y hablo del sistema del consumismo digital, el sistema que actualmente a acondicionado al mundo postmoderno.

Actualmente, un like, venga de donde venga, es un acto supremamete vacío, pues solo se le da like a los que os gusta ver, nada más, y lo que realmente hace estresante este asunto es el exhibicionismo que hay detrás de todo contenido que en muchas ocasiones sobrepasan los límites de todo imperativo ético y estético.

La generación de los "likes" es una generación exhibicionista que solo le interesa mostrarse en las redes sociales en lugar de enseñar o de aprender en las mismas, solo le interesa mostrarse a los demás con el afán de agradar; mostrando perfección, de mostrar estabilidad emocional, económica, etc., aunque sus estados reales sean adversos a lo que se esté mostrando en el momento. Esta es la generación que actualmente se mueve en nuestras sociedades, una generación del "solo importan los likes que le den a la publicación", y para tal generación, eso es lo que realmente le es apremiante.



miércoles, 28 de julio de 2021

ECOSOFÍA: UNA LECCIÓN PARA RECONCILIARNOS CON EL PLANETA

 Hasta el momento no conocemos de otro planeta que nos proporcione las mismas condiciones que nos da la Tierra para poder vivir en este universo infinito, pero aún así, vivimos como si tuviéramos otras opciones.

Desde que los seres vivos aparecieron en la Tierra, éstos han tenido todas las facultades para vivir, especialmente el hombre, quien ha contado con la suerte de dominar a las demás especies y la osadía y atrevimiento de manipular a la Naturaleza a sus antojos, causando con esto, los desastres naturales más significativos, tales como: insendios forestales, tala indiscriminada de bosques, minería a cielo abierto, contaminación de las fuentes hídricas, contaminación del aire, fabricación de gases de efecto invernadero, males que arrastra junto a sí a otro mal de escala mayor, me refiero al sobre calentamiento global.

El homo modernus debería detenerse un instante para pensar sobre cómo se encuentra el entorno que lo está rodeando, sobre lo que está aconteciendo con el medio ambiente y sobre todo, con lo que él mismo está causando.

Hace un tiempo, el filósofo noruego Arné Naess (1912-2009)  proposo una corriente filosófica o una corriente de pensamiento que promueve la búsqueda de una sabiduría para habitar el planeta, en medio de la crisis ecosistémica global que enfrenta la humanidad, y a esa corriente le llamó  ecosofía o eco filosofía.

Esta corriente de carácter filosófico, parte de posturas contrarias a cualquier centrismo (antropocentrismo, ecocentrismo o biocentrismo), pero desde la convicción de que las contradicciones sociedad-naturaleza, impuestas durante varios siglos de subjetividad antropocéntrica, deben descartarse para que la especie humana pueda continuar coexistiendo como parte de la rica biodiversidad de la Tierra.

El antroposentrisno que nos brindó la modernidad ha sido uno de los principales factores del desequilibrio que hay hoy entre el hombre y el planeta. Ha sido un error garrafal pensar que el hombre es el centro o la medida de todas las cosas cuando en realidad la naturaleza lo es. No es una exageración cuando  pienso y estoy convencido de que la visión antroposentrista ha exaltado al hombre, lo ha puesto por encima del resto de las demás criaturas vivas del planeta, generando con esto, un gran abismo entre éste y los demás seres vivos con los que cohabita desde hace miles de años en el mismo lugar.

Hoy podemos abordar los problemas ambientales desde la ecosofia, una disciplina que, desde la ecología, y alimentada por la filosofía, puede brindarnos las herramientas epistemológicas para buscar soluciones al problema de lo ambiental. Esta disciplina posee un carácter propio, y bastante significativo para nosotros, pues nos muestra el camino a seguir para abordar la idea de que la Tierra es nuestra casa y debemos cuidarla como tal. 

El objetivo principal de la ecosofía es llevarnos a cultivar la idea de que el planeta Tierra es el hábitat de todos los seres vivos que la habitan, y que ningún ser vivo tiene privilegios sobre otros seres y sobre la Tierra misma como se lo ha venido atribuyendo el hombre.

La ecosofía es la disciplina que nos ayuda a conocernos, y por ende, a conocer el planeta en el que habitamos. Esta disciplina nos ayuda a RECONCILIARNOS con los demás seres vivos y con el planeta Tierra mismo.


lunes, 28 de junio de 2021

ANGUSTIA Y DESESPERACIÓN: LA OTRA PANDEMIA QUE ENFRENTAMOS

 La Pandemia de Covid 19 que enfrentamos ha puesto al descubierto muchas cosas que hasta el momento no divisavamos, por citar algunas: la ineptitud de nuestros políticos, la desigualdad social, la vulnerabilidad de nuestros sistemas de salud, entre otros factores. Debemos reconocer que este evento desafortunado nos ha abierto los ojos a muchos y hemos visto cuáles son las circunstancias en las que más nos hemos visto envuelto como sociedad pero sobre todo como seres humanos.

Uno de los factores que más se ha visualizado desde que se decretó la pandemia a nivel mundial ha sido la angustia y la desesperación. Estos factores, aunque siempre han estado presente en la vida humana, es decir, le son inherentes al ser humano, se han percivido a niveles alarmantes debido a la situación que vive la sociedad mundial frente a la pandemia de Covid 19.

De por sí que el ser humano vive angustiado y desesperado por diferentes motivos, esta pandemia que ha su paso ha estado dejando miles de muertos, se ha convertido en el principal detonante de los altos índices de angustia y desesperación.

La angustia y la desesperación aparece en nosotros cuando no alcanzamos algo, cuando no logramos realizar una actividad, o cuando nos enfrentamos a situaciones que alteran nuestra estabilidad emocional como la situación de peligro, por ejemplo. Desde que nacemos hasta que partimos de este mundo la angustia es inherente a nosotros, vivimos angustiado todo el tiempo y aunque a veces tengamos momentos de tranquilidad y paz siempre se van a presentarar sucesos que desestabilizaran nuestro sistema emocional dándole paso a la angustia y a la desesperación.

¿Puede la angustia y la desesperación ser otra pandemia que estemos enfrentando y no lo sabemos? Hay millones de personas enfermas de Covid 19 u otras patologías recluidos en hospitales desauciados, hay millones de personas que están perdiendo a sus seres queridos por razones adversas a la vida, hay millones de personas sin empleos, sin hogar, sin esperanzas, que lamentablemente deben estar angustiadas y desesperadas en cualquier país, ciudad o pueblo. Estos hechos se deben estar presentando en cada rincón del mundo, sin excepciones algunas, y en cada rincón del planeta deben haber miles de personas a la merced de la angustia y la desesperación pensando en qué o en qué no hacer para solucionar sus inconvenientes.

¿Podríamos considerar la angustia y la desesperación como una pandemia actualmente? No sé que pensará la Organización Mundial de la Salud (OMS) de ello pero lo cierto es que este fenómeno se halla presente en todos los cinco continentes del planeta.

Desde tiempos atrás algunos pensadores han estudiado el tema de la angustia y la desesperación, para citar el caso, filósofos como el danés Soren Kierkegaard y posteriormente el francés Jean-Paul Sartre, quienes en sus investigaciones filosóficas produjeron un número considerable de tratados que nos orientan en el estudio y en el conocimiento respecto al tema.

Aunque Kierkegaard da, o trata de dar un concepto de la angustia/temor, éste realmente describe a la angustia como el mero hecho de que uno tenga la posibilidad y la libertad de hacer algo, incluso la más terrorífica de las posibilidades, que dispara inmensos temores.

La angustia y la desesperación que sentimos actualmente se debe a qué o qué no debemos hacer frente a las distintas situaciones que se vienen presentando a nuestro al rededor y que directa o indirectamente nos afectan emocionalmente. Dichas situaciones, llameseles enfermedades, pobreza, conflictos armados, etc., pueden ser el detonante de los grandes niveles en los que se presenta esta enfermedad en la sociedad actual.

Vivimos angustiados por el presente y el futuro, pues en este presente estamos siendo consumidos por una pandemia de Covid 19 y otras enfermedades que consumen nuestra humanidad y de igual forma estamos angustiados por un futuro que no sabemos cuál será pero de igual forma vivimos angustiados y desesperados por ello.

Sin ninguna duda, vivimos ahogados en angustias y desesperaciones mirando el pasado, el presente y el futuro. Observamos lo que ocurre a nuestro alrededor con ese grave temor (angustia) adherido a nosotros, a nuestra objetividad, lo que nos conlleva a vivir en esta otra pandemia de angustia y desesperación.


domingo, 13 de junio de 2021

PIEDRAS CONTRA FUSILES: EL ESTALLIDO SOCIAL EN COLOMBIA

 Actualmente la sociedad colombiana está enfrentando una de las situaciones sociales y políticas más complicadas de los últimos tiempos. Si bien el país latinoamericano le ha tocado afrontar varios conflictos armados y situaciones parecidas a lo largo y ancho de su historia, la situación actual que se permea en el país cafetero resulta sumamente complicada.

La sociedad colombiana está afrontando una situación delicada, pues, el levantamiento popular contra el Gobierno nacional ha instituido innumerables escenas de violencia desmesurada en las calles de distintas ciudades del país. El gobierno colombiano, en cabeza del actual Presidente de la Republica Iván Duque Márquez, quien gobierna bajo la bandera del uribismo, corriente política leal al expresidente y exsenador Álvaro Uribe Vélez, quien actualmente afronta un proceso judicial en el país, ha decidido junto a sus propios Senadores y los parlamentarios aliados crear una serie de reformas ejecutivas entre las que se encuentran: una Reforma Tributaria; la cual es la principal causante de las protestas sociales que se viven actualmente en el país, y con la cual este gobierno que bajo las consigas electorales “Menos impuestos y más salarios para un país justo” se ganó las elecciones presidenciales del año 2018 busca imponerle al pueblo colombiano más impuestos, sobre todo a la canasta familiar, para tapar los huecos fiscales que éste mismo ha generado en la arcas del Estado. A de más de la Reforma Tributaria, en el Congreso de la Republica se permean una Reforma al Sistema de Salud nacional, el cual es uno de los más paupérrimos de América latina, y para completar el paquete de reformas, también se trabaja en la misma corporación una reforma al Sistema Pensional del país. Esta situación a traído consigo hechos que tienen al gobierno colombiano contra la espada y la pared.

Dentro de la situación que vive el país se han presentado incidentes lamentables como: violaciones sistemáticas de los derechos humanos, desapariciones forzadas de manifestantes, en su mayoría de jóvenes estudiantes universitarios, violaciones sexuales a mujeres manifestantes por parte de miembros de la fuerza pública, excesos de la fuerza por parte de miembros de la policía nacional y su escuadrón móvil anti disturbios (ESMAD), entre otros vejámenes reprochables y lamentables.

Este uso desproporcionado de la fuerza que ha estado empleado la fuerza pública del Estado colombiano, especialmente la Policía nacional contra los manifestantes en las calles de ciudades como Cali, Popayán, Bogotá, Yumbo, Manizales, Barranquilla, entre otras, ha estado atentando significativamente contra la dignidad humana de los manifestantes a tal punto que varios jefes de estados alrededor del mundo y diferentes organizaciones gubernamentales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y organizaciones no gubernamentales han manifestado su preocupación por la actual situación que se vive en el país donde los ciudadanos están saliendo a las calles a manifestarse en contra de las políticas del gobierno de Iván Duque y el uribismo en medio de un tercer pico de la pandemia por Covid 19 y por supuesto, en medio de las fuertes represalias que el gobierno ejerce contra los manifestantes quienes con piedras y palos se defienden contra los fusiles, los gases lacrimógenos y las granadas de aturdimiento del denominado Estado Social de Derecho.

El comité organizador del Paro Nacional iniciado el 18 de Mayo del año en curso, en compañía por una generalidad de centrales obreras del país quienes en coordinación con diferentes organizaciones y gremios tales como el de estudiantes universitarios, campesinos, personal medico, camioneros, grupos de indígenas (Minga), Barras de Equipos de Futbol profesional colombiano, entre otros, han ocasionado algo nunca antes visto en el país andino; mostrarle al mundo entero una serie de irregularidades que se han estado viviendo en el país cafetero desde hace tiempo, por ejemplo: han denunciado ante la comunidad internacional el grave estado en el que se encuentra el Estado Social de Derecho colombiano y su gobierno de turno, sumergido en un demostrable estado de corrupción, han denunciado la desinformación y la manipulación de información y la complicidad de los principales medios informativos con el Estado y el gobierno uribista, han denunciado el mal manejo de la pandemia por parte del gobierno nacional, han denunciado el enorme hueco fiscal que ha dejado el actual gobierno nacional por satisfacer sus propia necesidades antes que las del pueblo soberano de Colombia, han denunciado la participación de grupos paramilitares en las ejecuciones extrajudiciales que se han llevado a cabo con manifestantes desarmados. Esto y muchos vejámenes más. 

El estallido social que se ha generado en Colombia durante todo este mes de mayo no es solo por el descontento de las organizaciones y de los gremios protagonistas del paro nacional sino también lo es por la insatisfacción de toda una juventud desesperada, anulada y sin futuro a causa de las políticas neoliberales que establece el gobierno de Colombia las cuales no hacen otra cosa que favorecer a los ricos y poderosos renegando a los más necesitados.

Este descontento que se vive en la sociedad colombiana la cual se está manifestando en contra de uno de los gobiernos más cleptómanos, tiránicos y mitómanos de la historia nacional se ve reflejado no solo en las calles de ciudades y municipios sino en las redes sociales de manifestantes, de políticos, de lideres sociales que últimamente están siendo censuradas por el gobierno con el objetivo simple de bloquear los contenidos que las personas comparte con el fin de vapulear lo que realmente está pasando en el país, por ello, es que el pueblo colombiano está pidiendo a gritos a la comunidad internacional un SOS. 



miércoles, 2 de junio de 2021

EL NARCISISMO DIGITAL: UNO DE LOS TANTOS CÁNONES DE LA SOCIEDAD ACTUAL

 "Lo superficial es el prerrequisito de todo lo bello" Friedrich Nietzsche.

Sin exagerar, la sociedad actual es una sociedad digital o digitalizada. ¿Qué quiere decir esto? Que la sociedad actual se manifiesta desde la red digital.

La Pandemia de Covid 19 que estamos atravesando ha dejado al descubierto muchas cosas que aunque vienen minando desde décadas atrás actualmente han tenido mayor acogida. Una de estas cosas es la implementación de la red digital como medio al servicio de la humanidad para sus respectivos fines.

La red digital y sus múltiples usos ha acondicionado a la humanidad, por ende a la sociedad actual a la que yo denomino "la sociedad digital". ¿Qué se puede entender por un acondicionamiento? Un acondicionamiento no es nada más que formarse o estar inclinado hacia algo o alguien.

Gracias a la red digital actualmente podemos comunicarnos y mostrarnos al mundo. Lo que en años o décadas atrás era una simple utopía hoy este factor está al alcance de todos, mostrarnos al mundo globalizado. En oportunidades anteriores me había pronunciado refiriendome a la sociedad actual como una sociedad del exhibicionismo digital donde cada persona se expone sin ningún control en redes sociales como Facebook, Twitter, Youtube, Instagram, entre otras, mostrándose al mundo tal cual como son o como aparentan ser.

Mostrarse al mundo hoy es totalmente natural, esto es para la sociedad digital un imperativo categórico. Nos mostrarnos al mundo a través de las diferentes redes digitales que existen, eso sí, falseando el verdero yo. Muchas veces ese yo que se muestra en una fotografía es un yo digitalmente modificado, es decir, un yo mostrado a través de una imagen retocada por filtros, luces, maquillajes, entre otros factores o efectos especiales que muestran a simple vista ese narcicismo que llacia oculto en cada uno de nosotros.

La época de las selfis es la época del narcisista digital donde a través de una fotografía le muestra al mundo sus mejores posturas y matices. Sus viajes, sus comidas, sus amistades, sus triunfos, etc, todo ello a cambio de likes. Estos actos lleva consigo un propósito, alimentar el egocentrismo y el narcicismo subjetivo a través de las adulaciones que se reciben de los demás.

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, quién se ha dado a conocer como un crítico de esta sociedad, recientemente se ha manifestado sobre este nuevo fenómeno (el narcicismo digital) a través de un breve ensayo publicado en el diario español El País donde resalta los efectos de lo que él llama "videonarcicismo" fenómeno que para él resalta una exagerada preocupación por la imagen.

¿Para qué publicamos una imagen nuestra en las redes sociales? Principalmente para mostrarnos, pero esto va mucho más allá. En realidad buscamos que nos vean, necesitamos ser observados, necesitamos que los demás usuarios  de la red digital nos vean que estamos o somos felices, que estamos guapos y hermosos, que estamos luciendo los últimos atuendos de la moda, que estamos en lugares imaginables y deseados, o que estamos con personas importantes que nunca pensamos conocer, etc., eso es lo que buscamos. A demás de ellos, no caerían nada mal que nos publiquen mensajes de alagos, felicitaciones, aprobaciones de los demás, esto nos gusta, pues aumenta lo que creemos que somos, seres seguros, a demás de ello, aumenta lo que sí hay en nosotros, el ego.

Estoy plenamente seguro que si Narciso, el mítico personaje de la mitología griega estuviera personalizado hoy inundaría sus redes sociales con selfis e imágenes editadas en busca de adulaciones, likes y comentarios.

El narcicismo digital se expone en las redes sociales a tal medida que lo vemos como una nueva normalidad de la subjetividad actual, es decir, ser narcisista hoy es una condición humana, una condición de la nueva sociedad digitalizada. 

El narcicismo digital es uno de los tantos cánones de la sociedad actual. Es una normativa, es una normalidad.

jueves, 27 de mayo de 2021

PENSAR EN LA MUERTE DESDE NUESTRA MORTALIDAD

 ¿Qué es la muerte? ¿Por qué casi no pensamos en ella? ¿Por qué nos causa tanto temor hablar o pensar en la muerte si sabemos que vamos a morir algún día?

Si nos dedicasemos a preguntarle a nuestros semejantes esta primera pregunta nadie sabría que respondernos. A ciencia cierta nadie sabe que es la muerte. Nadie ha regresado del más allá para correspondernos a esta pregunta. Lo que si podemos saber es que ésta hace parte de la vida, sea como lo contrario, como lo negativo, o como la antagonista. La muerte siempre ha estado con nosotros, desde la aparición del hombre en la Tierra la muerte siempre ha estado allí con él, detrás de sus pasos.

El tema de la muerte causa temor y pavor en el ser humano. Nos perturbamos al pensar que algún día vamos a morir, o que nuestros seres queridos van a faltar. El caso es que no vemos a la muerte como algo natural, como el final del ciclo vital.

Nos cuesta desprendernos de nuestros seres amados, e incluso, nos cuesta desprendernos de nosotros mismos. Vivimos como si nunca fuésemos a morir. Vivimos como si fuésemos eternos. Nunca, o pocas veces, tenemos la valentía de sentamos a pensar en el final de nuestras vidas, nos olvidamos por completo de aquel suceso esperado.

Lo que más nos ha acercado a la muerte, o a la experiencia de la muerte, ha sido una enfermedad mortal, o un suceso trágico de un ser querido. La muerte como verdugo ha finado a muchos, sin restricciones y sin temor ante nosotros los mortales.

La muerte para el ser humano es inevitable, solo el crucificado pudo vencerla, solo el justo y el santo de Dios pudo estar por encima de ella. En cuanto a nosotros, la muerte nos acecha a cada hora y en cada momento. La muerte siempre nos asechará como un león rugiente que melodea a su presa. Somos inevitablemente seres mortales.

Pensar en la muerte significa estar vivos. Vivimos para morir, vivimos para no ser inmortales. Pensemos la muerte objetivamente como algo simple, como algo nuestro, como algo innegable, como una condición sin más.

La muerte es tan nuestra como la vida misma. ¿Por qué no pensar en ella? Al fin moriremos, algún día no estaremos aquí. ¿Qué será de nuestras vidas? Simplemente será olvido, un recuerdo, un momento, un soplo. Seremos solo un instante en esta totalidad del universo.